Apego a los resultados, uno de los obstáculos de la meditación
Creemos que sentándonos a meditar cinco minutos va a ser la solución mágica que haga que las emociones desagradables o el sufrimiento desaparezcan. Nos hemos acostumbrado a trabajar por cosas que den resultados a corto plazo, por lo que esperamos que algo suceda mientras meditamos y si no es así tenemos la sensación de estar perdiendo el tiempo o de no estar haciéndolo bien.
Si meditamos desde la actitud de buscar o esperar algo, surge el apego a los resultados y el apego, sea del tipo que sea, genera sufrimiento. Ya he tratado en otros post el arte del desapego, pincha en este enlace si quieres saber más. Ten en cuenta que querer obtener beneficios antes de tiempo te lleva a las desmotivación y después al abandono. Aprende a valorar los “pequeños” beneficios de la meditación.
De la misma manera que nos apegamos a todo aquello que nos produce placer, también tendemos a tener aversión y evitar lo que nos resulta desagradable.
Meditar es un camino para conocernos en toda nuestra esencia, tanto lo “bueno” como lo “malo”. Pero tenemos el hábito de rechazar aquello “malo” que observamos en nosotros y en nuestro entorno. El objetivo no es la lucha ni el rechazo hacia aquello que no nos gusta.
La solución está en la consciencia y ecuanimidad, las cuales se desarrollan mediante la meditación. Pero no confundas ecuanimidad con indiferencia. Cultivando la ecuanimidad no te vuelves indiferente, sino que serás capaz de observar las emociones sin que éstas nublen tu juicio. Las emociones no son tu enemigo ni tienes que luchar contra ellas. La clave es sentir las emociones pero no ser su esclavo. Si aprendes a ser consciente de ellas y cultivas la ecuanimidad, nunca más serás una marioneta en manos de tus emociones.
Namaste.
María
