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La DISTRACCIÓN, el obstáculo más frecuente en la meditación

La distracción es posiblemente uno de los obstáculos más frecuentes de la meditación. ¿A quién no le ha ocurrido?: distraerse en los pensamientos, en la incomodidad de la postura, en los ruidos externos, aburrimiento, etc..y pensar ¡qué difícil es mantener la atención en la respiración!


Meditación obstáculos distracción

Cuando empezamos a meditar la mente no está entrenada en fijar la atención en un solo objeto cómo puede ser la respiración o un mantra, o mantener el cuerpo sin moverse en la postura de meditación.


Yo particularmente he tenido la tentación de abandonar la meditación o dejar de practicarla porque no conseguía concentrarme y me distraía continuamente. Llegaba a convertirse en algo estresante y me juzgaba por no hacerlo bien. Sin embargo he podido comprobar que es justo en esos momentos en los que más falta hace meditar y cuando más se aprende de las reacciones de uno mismo. He podido observar que no me gusta que no me “salga bien” una meditación y eso se puede extrapolar en la vida diaria, en la que a veces me disgusto cuando algo no sale como yo lo tenía planeado. Pero volviendo a la meditación, ¿qué es salir bien una meditación?, ¿alegría, felicidad y paz? Con el sólo hecho de sentarse a meditar ya se está haciendo bien, no es el resultado de la meditación lo que la define como buena o mala. No hay ninguna meditación mala, excepto aquella que no se hace.


El antídoto contra la distracción es la práctica. Con la práctica vamos creando el hábito de dirigir la atención hacia donde queremos. Y cuando se tiene una atención entrenada, entonces llega la estabilidad de la mente y la calma mental. Si bien puede resultar difícil al principio, impedir que las cosas que ocurren a tu alrededor o en la mente te quiten la concentración, es parte del entrenamiento.


Existen varias técnicas para practicar y la respiración suele ser la más sencilla. Al principio no basta sólo con observar la respiración, es bueno saber que estás observando para no distraerte. Te propongo lo siguiente: Enfócate en el espacio entre respiración y respiraciones, la transición entre la exhalación y la inhalación, observarás que hay una pausa por pequeña que sea. Cada vez que te distraigas vuelve a esa pausa entre la exhalación y la inhalación o la inhalación y la exhalación, una y otra vez, las veces que haga falta y sin juzgarte.


Namaste

María

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