top of page

¿Qué hacer si el malestar físico no te deja meditar?

Recientemente he estado en un retiro de meditación Vipassana de 10 días, en el que he podido comprobar cómo surgían, a pesar de todos los años que llevo meditando, cada uno de los obstáculos de la meditación – apego a los resultados, distracción o agitación de la mente, malestar físico, sueño, dudas. En este post me voy a centrar en el malestar físico y qué hacer para aceptarlo como parte de la meditación.


Todavía recuerdo la primera vez que probé la meditación, hace más de ocho años. Se trataba de una meditación corta pero se me hizo eterna. Me senté, imitando al resto del grupo, encima de un cojín en la postura de medio loto, con las piernas cruzadas y la espalda erguida. A los pocos minutos empecé a sentir que las piernas se dormían, dolor en la rodilla derecha y una tensión en la espalda que me impedía mantener la postura. Hasta la más mínima arruga en la ropa me molestaba. No veía el momento en que el profesor tocara el cuenco tibetano indicando el fin de la meditación y pensé “esto no es para mí”. Se convirtió en una lucha con la mente que mil veces me decía que me levantara o me moviera. Como decía al principio del post, en el retiro de meditación que he estado recientemente he vuelto a sentir esas ganas de moverme, de levantarme, en incluso dejar la meditación en ese momento.


Para poder serenar la mente, el cuerpo tiene que estar en una postura cómoda que puedas mantener durante largo tiempo. La práctica tiene mucho que ver en este obstáculo, podrás comprobar que a medida que practiques cada vez podrás permanecer más tiempo en la postura de meditación o que el malestar tardará más en surgir. Así que paciencia y compasión, abandonar la lucha y abrazar el malestar con ternura a mí me ha ayudado.


Además de la práctica, el antídoto para superar este obstáculo es la atención al momento presente, lo que ahora en occidente llaman "mindfulness". Observar donde está la atención en cada momento y volverla a llevar al objeto de la meditación, ya sea la respiración, las sensaciones en el cuerpo, un mantra, una imagen, etc.


Es esencial encontrar el equilibrio y discernir entre la verdadera incomodidad y la necesidad de moverse sin motivo. Para poder concentrar la mente y que no se distraiga hay que tener la firme determinación de no moverse e intentar evitar esas correcciones de la postura, que aunque parecen mínimas hacen que la mente se disperse.


Identifica tu postura ideal y trata de mantenerla. Pronto verás que tu mente cede y se concentra en la meditación, dejando de lado todo lo demás. La postura de meditación no tiene que ser medio loto o loto completo, puede ser incluso sentado en una silla si lo prefieres, eso sí, es conveniente que tengas la espalda erguida y a ser posible sin apoyar en el respaldo.


"Sin una postura adecuada encontrarás innumerables obstáculos en tu meditación. Y la meditación es la base de todas las prácticas” (Swami Rama)


Namaste

María

Posts destacados
Últimos posts
Archivo
Búsqueda categorías
Sígueme
  • Facebook Basic Square
  • Instagram Social Icon
RSS Feed
bottom of page